El 30 de diciembre de 2020 sin dudas marco un antes y un después, alcanzamos derechos

La voluntad política, la lucha colectiva, la unión. No se terminó el patriarcado como dijo Alberto, no se guardaron los pañuelos, pero amanecimos con aroma a justicia social. Como suponíamos luego de la ampliación de derechos, vendría el intento de corroer el mismo.

Política 05/05/2021 Alejandra Sanchez*
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Foto Press

No solo fueron cautelares, como la iniciada por el Portal de Belen en Córdoba, o medidas sin sentido, hace poco los denominados “anti derechos” hicieron tendencias en Twitter para meter presión sobre nuestra decisión respecto a la decisión de maternar junto a un fallo inédito que atrasa: 

La Sala III de la Cámara Civil de la Provincia de San Juan hizo lugar a una cautelar solicitada por un hombre para impedir que su ex pareja aborte

Como indica Simone de Beauvoir “en virtud de la maternidad, es como la mujer cumple íntegramente su destino fisiológico, esa es su vocación “natural”, puesto que todo su organismo está orientado hacia la perpetuación de la especie”; de Beauvoir también señala que para muchos “El feto no pertenece a la madre y que es un ser autónomo; “el aborto ha pasado a formar parte de las costumbres, la represión ha fallado prácticamente”.  

En palabras de la autora, el rol de las mujeres en la sociedad es la de procrear, mientras el feto para algunas personas, en especiales médicos de la época, es un ser autónomo. Sin embargo, en otro párrafo la autora indica que existen médicos que consideran al feto “como un parasito que se alimenta a expensas de la persona gestante”.

En San Juan se violan derechos, históricamente el aborto estaba prohibido y era una práctica que penalizaba a cualquier persona que acceda a él, sin embargo, el hombre nunca ha sido juzgado por la ley, ni ha tenido consecuencias por un aborto practicado para evitar que nazca “un hijo”.

Entonces, el cuerpo gestante es quien debe bajo el abandono más pavoroso, hacerse cargo de la pena que recaía en la ilegalidad sobre su cuerpo. La clandestinidad, les convierte a todes en criminales, y merecen castigo. 

También hay casos donde el hombre prohíbe el aborto universalmente, pero lo acepta singularmente como una solución cómoda mientras la persona gestante no puede asumir libremente sus maternidades.

Respeto a este tema hubo un comunicado de la Mesa por el Aborto Legal de San Juan sobre el irregular fallo de los jueces Juan Carlos Noguera Ramos, Juan Carlos Pérez y Sergio Rodríguez de la Sala III de la Cámara Civil que dio lugar a la cautelar de un varón contra los derechos sexuales de una mujer dónde se indicó, entre otras cosas, que “El sistema de tutelaje en el que la mujer es sometida a la voluntad del marido se acabó hace mucho tiempo en Argentina”.   

Es una distopia que cada vez parece más cercana, estas situaciones se asemejan a “El cuento de la criada” ya que las personas gestantes somos esclaves reproductivos.

El patriarcado, (un concepto en disputa), tiene diferentes cargas semánticas, el concepto más común es que es un sistema social, político, económico, cultural que presenta una jerarquía entre los sexos en la cual nos encontramos diferenciados en dos sexos distintos (algo artificial varón / mujer) y uno de esos grupos (mujeres) están subordinadas al otro grupo (varones) generando una dinámica de opresión privilegio. 

 Mujeres fértiles, adoctrinadas obligadas a prestar su cuerpo para dar hijos en un acto llamado la celebración, no es San Juan es “El cuento de la criada” pero similar ¿no?

La libertad cívica debe emanciparnos, junto con una autonomía económica en un mundo que siempre ha pertenecido a los hombres y el hecho de ser mujeres nos plantea como un ser autónomo en la complejidad de ser un objeto soberano.

La Ley de IVE (la Nº 27.610) no contempla el consentimiento de un marido o pareja como requisito para garantizar el aborto; para llevar adelante la práctica del aborto hasta la semana 14 de gestación lo que importa es el consentimiento de la persona gestante.

¿La buena noticia?

La mujer gestante pudo acceder a la interrupción voluntaria del embarazo, un triunfo en el seno de un mundo donde los pañuelos verdad continúan en lucha como diría el indio “Con los puños en alto deseando al final. Hacer la revolución con una canción de amor”.

 *Alejandra Sanchez. Lic. en Comunicación, Periodista, Integrante de Más Democracia