Las elecciones no se ganan con vacunas sino con changuitos de súper. La hora de la inflación

Mientras el presidente Alberto Fernández el jueves pasado recitaba exultante en la planta Honda de Campana que “la economía sigue creciendo y avanzando”, el INDEC publicaba que el costo de vida en junio había sido un 5.3%; o sea, un 0,02% más que el mes anterior. Es decir, un rebote hacia el alza y que hace presagiar a los consultores que el índice de Julio podría acercarse al 7% y ubicar a la inflación 2022 en el orden del 70% y 80%. Un número que ya el mercado viene preanunciando. Solo hace falta visitar las calles y llegarse por el almacén y cualquier supermercado para padecer la merma del poder adquisitivo. O, mejor dicho, el festival de remarcación en que se convirtieron las góndolas del país.

Política 17/07/2022 Carlos Torino*
png
Foto Reuters

El primer mandatario argentino sigue con su libreto de esperar el derrame del crecimiento, pero los índices de los precios es su calvario, que a diario le avisa que no podrá renovar el contrato en la Casa Rosada. Por más que la oposición de derecha cocine su interna voraz a fuego lento y con puertas cerradas, la coalición gobernante funciona con sus miembros enfrentados que apenas pueden juntarse para ver cómo salen del laberinto y evitar que la gobernabilidad sea ya un problema de estado. Esto el mercado lo sabe y como ave de rapiña actúa en consecuencia. Con su natural desconfianza hacia quienes apenas osan de enunciar “lo nacional y popular “ y hacia quienes se muestran partidarios del kirchnerismo y hacia los propios funcionarios del gobierno peronista.  La estigmatización al palo.

Tan desbocados están que ya no le importa instalar -banalmente- términos como desaparecidos, que hieren a la memoria de una sociedad que atravesó el terrorismo de estado. Todo en función de sacarse de la escena política y social a Cristina Fernández de Kirchner. Y eso no ocurrirá porque la expresidenta es líder y tiene una gravitación preponderante en la política argentina pero en “La Grieta” vale limar al enemigo. Cabe señalar que en esta forma de practicar la disputa política no hay adversario sino lisa y llanamente un o una enemiga. 

Con todo este contexto de fuerte confrontación política, el gobierno sigue su marcha por el camino en el que lo metió el “nuevo viejo” neoliberalismo y apuntaló la pandemia. No pudo satisfacer ni a propios ni a extraños y supo que las elecciones no se ganan con vacunas sino con changuitos de súper.  Tampoco el futuro agradece echándole la culpa a la herencia recibida, sino que es cumpliendo el mandato electoral en el presente cómo se adquiere la legitimidad para ocupar la casa de gobierno y desde Vicentin hasta la fecha, Alberto Fernández solo mostró ambivalencia y demasiada empatía con quiénes hoy lo quieren fuera del sillón de Rivadavia. Parece hablarle al corazón cuando le contestan con el bolsillo, tal como diría Juan Carlos Pugliese, el recordado ministro de Economía de Raúl Alfonsín cuando le explotó la hiperinflación en 1989. 

Índice de preocupación

Más que sorpresa, el 5.3% de aumento de los precios al consumidor que publicó el INDEC remite a la preocupación por la espiral inflacionaria. La inflación interanual marca un lapidario 64% con un índice del 36.2% en terminó anual. Por eso, ya la escalada en el incremento para cada mes se torna entre el 5% y el 7%, con perspectiva de alcanzar (y hasta superar) el 70% (con optimismo) para este año. Como sea los guarismos, la capacidad de compra de los consumidores no tan solo se achata, sino que hasta a los empleados formales se les hace difícil sostener sus gastos corrientes. Así, las alarmas se van prendiendo a nivel fuego en la oposición y no es raro que empiecen a agitar como un fantasma a la hiperinflación. 

En este aspecto es interesante destacar opiniones de especialistas que difundió el portal elDiarioAr para responder sobre la posibilidad cercana de un proceso de esta envergadura. “Los países no saltan en un período corto a una híper.  Son fogonazos que llegan después de años de tener inflación más elevada que tiene el país ahora“ remarca el economista del CONICET, Joaquín Waldman.  Por su parte, Francisco Eggers, profesor de Finanzas de la Universidad de La Plata, puntualiza que en el desencadenamiento de una hiperinflación juega un papel central las expectativas sobre el tipo de cambio, que el dólar quede fuera de control. “Influye sobre los precios el dólar oficial pero si se restringen, para las mercaderías que no encuentran dólares oficiales, ya no rige el oficial sino el contado con liqui, en el mejor de los casos” señala aunque advierte que las condiciones actuales están lejos, por ahora al menos, de derivar en un proceso de tal magnitud. Más allá de lo que dicen los medios, la inflación parece rondar entre el 5 y 7%. “En la previa a una híper, la inflación se va acelerando rápidamente “ añade y recuerda cómo fue la escalada en 1989: 9,6% en febrero, 17% en marzo, 33,4% en abril, 78,5% en mayo y 114,5% en junio. “Hubo una aceleración marcada porque el gobierno reconoció que no podía frenar al dólar “ puntualiza y establece las diferencias con los números que empiezan a asustar en este tiempo de pospandemia. 

A su turno, el economista Gabriel Palazzo del Instituto Interdisciplinario de Economía Política apunta que para que se llegue al descalabro inflacionario en necesario “un período previo en el que se acorten e indexe todos los contratos. Si hoy hay una devaluación muy alta, los salarios no se van a ajustar automáticamente. Tampoco se van a subir los alquileres. Todo se renegocia. Hay un montón de precios fijos y ayuda a que un schock no tire todo para arriba” ejemplifica. 

En este marco de inflación de precios, el equipo económico buscará pactar con los grandes fabricantes y donde el programa Precios Cuidados sea una real referencia para el mercado y para que efectivamente se acorte la brecha entre los precios protegidos y la realidad. 

Por su parte, la flamante ministra del área, Silvina  Batakis, si bien resultó la elegida para conducir la economía, su figura no aglutina más allá del sentido de supervivencia política que todos los referentes del FDT necesitan en este momento. A esta hora en la que ya sabe de los dibujos de exministro Guzmán que llevó a sincerar el déficit real en 4.3% del PBI, soportó la desconfianza del mercado y el destrato de los propios. 

Enojo piquetero 

Según cuenta el portal lapoliticaonline, el enojo del piquetero Grabois viene porque la ministra con la implementación del Sistema de Cuenta Única intervendrá en el Fondo para la Integración Socio Urbana, que es un fideicomiso creado para urbanizar barrios populares y que es dirigido por Fernanda Miño que responde directamente al piquetero. Si Batakis se impone retendrá una caja de 68 mil millones, Aquí, tal vez y vía FMI, el denominado mercado le permita un suspiro al gobierno porque una vez más pisó e inmoviliza un fondeo para promover ejecución de partidas con fines sociales. Lo suyo es la rentabilidad y que se hable lo menos posible del meollo de la cuestión: la riqueza y su distribución.

*Lic. en Comunicación Social, integrante de Más Democracia